Para comenzar con buen pie la escritura de cualquier trabajo académico, el primer paso es identificar las principales debilidades. Para ello, hemos creado un breve itinerario de preguntas con el fin de que cualquier potencial interesado en nuestros servicios detecte si necesita ayuda profesional, o, por el contrario, es capaz por sí mismo de resolver su situación con algunas ligeras orientaciones.
Responder las preguntas planteadas a continuación te llevará a conocer mejor cuáles son tus debilidades y reflejará tus puntos fuertes.
¡Adelante!
1. ¿No tienes tiempo para finalizar tus tareas a tiempo o para corregirlas?
Si con carácter general un estudiante no tiene tiempo para hacer frente a sus obligaciones, quizás se deba a una falta de planificación rigurosa. La gestión del tiempo es una de las principales destrezas que es necesario adquirir, para lo que conviene reflexionar, en primera instancia, sobre cuáles son los procesos que hay que completar y estimar el tiempo que se precisa para ello.
En ocasiones, aquellos que están inmersos en la redacción de un trabajo académico son conscientes de la necesidad de documentarse abundantemente; sin embargo, no reservan tiempo para la escritura, circunstancia que complica alcanzar su meta.
Si tu caso es la falta de una conveniente planificación, te recomendamos establecer un plan de trabajo muy preciso bajo el que dividir el tiempo que tiene disponible para crear, analizar y corregir los siguientes temas:
- Revisión de la literatura
- Producción de ideas
- Redacción
- Revisión
Para comprender mejor por qué no tienes tiempo, identifica en qué etapa se te escapa el tiempo y por qué. Si tienes problemas para concentrarte y te distraes fácilmente es probable que pierdas mucho tiempo en las fases iniciales del trabajo, para lo que un cronograma estricto será tu mejor aliado.
2. ¿Tu trabajo parece disperso o desordenado? ¿No tiene un contenido claro?
Si la respuesta es afirmativa, puede que tengas dificultades para analizar y sintetizar la información que compone tu trabajo. Quizás, sumido en un maremágnum de ideas no tengas la capacidad para establecer relaciones sólidas entre los distintos conceptos.
En este caso, te recomendamos que solicites nuestro servicio de orientación, en el que un docente te ayudará a encauzar tu trabajo para conseguir llevarlo a buen puerto, conciliando tu perspectiva con la correcta ordenación de ideas para que tu trabajo cuente con un contenido consistente.
La consistencia interna del texto es una de las principales propiedades que ha de tener, por lo que te recomendamos encarecidamente que tengas en cuenta esta necesidad como prioritaria. En la escritura de un trabajo académico, es fundamental no dejarse llevar por impulsos y reflexionar antes de escribir para ordenar correctamente los textos.
3. ¿Tu texto es escaso? ¿Crees que tu extensión no es suficiente o tus ideas son escasas para poder alcanzar tu meta?
En estos casos, quizás tu problema derive directamente de las primeras fases de la redacción, cuando fijas las ideas sobre las que crearás tu texto. Te recomendamos que vuelvas de nuevo al inicio, es decir, a la fase de revisión de la literatura, y tengas en cuenta todos los aspectos conectados a la idea principal. ¿No tienes fuerzas para ello? Contacta con nosotros y veremos cómo podemos ayudarte.
4. ¿Tu trabajo o tesis no aporta nada nuevo? ¿No consigues apoyar tus argumentos?
Nadie puede escribir sobre lo que no sabe. Si deseas un contenido relevante, tendrás que enriquecer constantemente tus conocimientos mediante la lectura y el estudio de ensayos y artículos que profundicen en la temática escogida, a través de los que conseguirás desarrollar tus ideas propias sobre el tema que has de defender.
No obstante, si te encuentras estancado, te podemos ayudar.
5. ¿Tu trabajo desarrolla de forma desigual los temas sobre los que versa?
Si no dedicas demasiado espacio a ciertas partes de tu trabajo frente a otras que están excesivamente trabajadas, es necesario invertir tiempo en la organización de ideas. En este caso, lee y revisa cada una de las partes redactadas y busca la cohesión entre ellas sin olvidar la importancia de un buen equilibrio entre los capítulos y secciones en los que se divide.
6. ¿La expresión no es correcta? ¿La redacción no parece responder al nivel académico en el que se encuentra?
En estos casos, nuestro primer consejo es que dediques más tiempo a la producción de ideas y la revisión de tu escritura; busca formas alternativas para expresar lo que quieres decir, y ten en cuenta algunas reglas sencillas:
- Cada idea principal debe exponerse en un párrafo.
- Las frases cortas son más fáciles de leer; piensa en la comodidad de tu lector y detente en buscar alternativas que potencien la coherencia de tu texto.
- Revisa la sintaxis de cada frase para asegurarte que es correcta.
7. ¿Tu tesis se encuentra cargada de información redundante? ¿Todo el texto está plagado de repeticiones?
Emplea un vocabulario más preciso y utiliza mecanismos de cohesión, tales como los pronombres, los marcadores discursivos y los sinónimos para mejorarlo y elimina todo lo que no sea necesario.
8. ¿Tienes dificultades para emplear los signos de puntuación?
Para utilizar los signos de puntuación no es suficiente con conocer la función de los diversos signos, es necesario saber cómo estructurar las frases sintácticamente para que sean correctas. Puntuar correctamente un texto dará una buena apariencia a tu texto y sin duda es una exigencia imprescindible en un trabajo académico.
Una vez detectadas tus debilidades te será más sencillo conocer en qué necesitas ayuda. ¿Nos necesitas. ¡Ponte en contacto con nosotros!
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