CONSEJOS PARA HACER (BIEN) UN PROYECTO DE INTERVENCIÓN EDUCATIVA
Si tu búsqueda te ha traído hasta nosotros, quizás seas uno de los cientos de alumnos que se enfrentan anualmente a la realización de una propuesta de intervención para su trabajo fin de grado o máster del área de educación.
Y, además, nos arriesgamos a pensar que si estás buscando esto es porque en el momento actual no estás muy seguro de cómo proceder para redactar una intervención en tu área.
Ya estés cursando el grado de magisterio en cualquiera de sus especialidades o te encuentres en el máster del profesorado entre otras posibilidades, en este post aprenderás a redactar una intervención para llevar a cabo en el aula con todos los requisitos para que puedas superar el TFG o TFM que ahora mismo tienes entre manos.
¿Preparado? Bueno, lo cierto es que no necesitas mucha preparación, comencemos ya.
¿Qué es un proyecto de intervención educativa?
En primer lugar, no estaría de más que supieras qué es exactamente lo que tienes que diseñar.
Seguramente eres de los que se imagina que una intervención consiste en un grupo de actividades listas para desarrollar en el aula. Bueno, sí y no.
Es cierto que una parte de la intervención tendrá que consistir en el grupo de acciones que vas a plantear, pero mucho antes de crear estas tareas tendrás que definir los aspectos verdaderamente importantes: el contexto en el que vas a plantear esta propuesta, los objetivos y la metodología.
Entonces, lo importante es que sepas que un TFG de intervención educativa no es hacer actividades sin ton ni son y pegarlas en un Word, sino que tendrá que guardar un hilo conductor con la realidad del aula, ya que sin un marco contextual bien desarrollado no tendrían sentido ni las actividades más originales del mundo.
Un TFG de este tipo, por lo tanto, consiste en una propuesta que se ajusta perfectamente a un entorno que previamente tendrás que definir con todos sus elementos y, por lo tanto, responderá a una realidad social en concreto y a un conjunto de necesidades que se han diagnosticado en dicho entorno.
Entonces, ¿qué puntos tengo que contener en el TFG o TFM de intervención educativa?
Como te hemos dicho cientos de miles de veces en todos nuestros posts, es imprescindible guardar una coherencia en el documento que escribas.
La coherencia no significa únicamente que tus ideas tengan sentido en algún lugar del mundo, sino que concretamente en el lugar que ocupan dentro de tu trabajo tengan una relación intrínseca con el resto de elementos.
Esta coherencia es, a su vez, una muestra de tu calidad como redactor de un trabajo académico, pues demuestra que diferencias lo importante de lo superficial y que, por supuesto, no tratas de meter relleno para que tu trabajo ocupe más páginas a toda costa.
Teniendo clara esta idea, para diseñar la intervención parte del contexto. Aquí tendrías que ir de lo más general a lo más concreto.
Describe la ciudad y todos los detalles del centro educativo antes de pasar a describir al alumnado y a sus familias.
Además, cuando estés haciendo estas descripciones, piensa estratégicamente: no metas información que vaya en tu contra. Esta es una obviedad, pero nos hemos encontrado con muchos alumnos que explican que en el centro “hay una gran dotación de TIC” y en la propuesta refieren que no van a realizar actividades con TIC porque no hay recursos suficientes.
Bueno, pues si este es tu caso y en tu trabajo tienes y no tienes TIC de repente, comprende que eso no está para aprobar porque está claro que inventas bastante (mal).
Las necesidades de intervención en el tfg: parte (muy) destacada
Definido el contexto, será el lugar para que especifiques cuáles son las necesidades de intervención en el aula o qué contenidos quieres trabajar. Aquí tendrás que tomar como referencia (obviamente) lo que estás estudiando, es decir, tu especialidad.
Sabemos que no es nada nuevo, pero hemos encontrado por ejemplo trabajos fin de grado de Educación Infantil que consisten en un proyecto para la tercera edad. No suele ser muy corriente que ciertos grupos poblacionales se inscriban en Educación Infantil, así que recuerda de vez en cuando no meter mucho la pata o tendrás que volver a empezar.
redactar los objetivos del proyecto de intervención
Tras el contexto y la definición de lo que vas a trabajar en el aula, llega el momento de los objetivos.
Los objetivos de un proyecto de intervención, como en cualquier otro escenario de la vida, son metas a alcanzar, que se pueden medir y que están formulados en infinitivo. Además, estaría muy bien que tus objetivos fueran realistas y se pudieran alcanzar en tu contexto.
Y si además tienes en cuenta la legislación educativa brillarás.
Nuevamente, tenemos los errores clásicos en la formulación de objetivos: no contener ningún verbo, ser vagos o indeterminables, repetirse de la misma forma el mismo objetivo, entre otras muchas opciones.
Aunque redactar los objetivos mal es muy difícil, te recomendamos que le eches un ojo detenidamente y pienses si de verdad tu crees que cumplen con los requisitos que te hemos indicado. Ten en cuenta que unos objetivos correctos permitirán crear una evaluación correcta y de lo contrario frustrarán tu trabajo fin de grado o máster. ¿Merece la pena volver a revisarlos, verdad?
LA METODOLOGÍA DEL PROYECTO DE INTERVENCIÓN: TRUCOS Y CONSEJOS (CON EJEMPLOS DE QUÉ NO HACER)
A estas alturas ya tienes mucho avanzado, así que puedes explicar detenidamente tus contenidos y qué enfoque metodológico has pensado. Seguramente se te esté ocurriendo alguna innovación educativa.
Algo rompedor. Algo que nadie ha hecho nunca. ¿Aprendizaje cooperativo? ¿ABP? Bueno, no queremos ser aguafiestas, pero de verdad, si algo lleva varias décadas en funcionamiento difícilmente podrá ser un enfoque nuevo para un proyecto de intervención.
Sentimos dar ese disgusto, pero un TFG de intervención quizás tenga que ser algo más disruptivo.
Piensa en un problema de hoy y resuélvelo con los recursos de hoy. Sé original. (Y no, ser original no es buscar un ejemplo de TFG de proyecto de intervención y ponerte a imitar, que esto no es un karaoke).
Una vez que tengas tu enfoque innovador, asegúrate de que tengas la posibilidad de enlazarlo con tu marco teórico (que habrás tenido listo antes de diseñar la intervención) para que tengas la base teórica que sostiene tu planteamiento.
Ahora sí, pasamos a las actividades. No hay un número mínimo ni máximo, aunque lo normal es que al menos tengas 8 o 10 actividades para que el proyecto sea variado y puedas encontrar algunos efectos.
Además, no te olvides de definirlas con todos sus detalles: recursos necesarios, temporalización, lugar, descripción completa de las actividades, etc. Lo contrario no es un proyecto de intervención, es una práctica aislada que seguramente no te va a aportar resultados. Y es precisamente los resultados lo que viene a continuación.
¿CÓMO REDACTAR LOS RESULTADOS DEL PROYECTO DE INTERVENCIÓN?
Los resultados del TFG de intervención dependen de si lo has llevado a cabo o no.
En pleno COVID, cuando se ha redactado este post, la mayor parte de los proyectos de intervención han sido no implementados por razones obvias, pero nunca se sabe… Además si has innovado mucho y tu proyecto se basa en el uso de las TIC puede ser que puedas ejecutarlo sin problemas incluso en un centro cerrado por aulas confinadas.
Lo importante de estos resultados es que te llevan a evaluar, real o hipotéticamente, si tu proyecto es bueno para el logro de los objetivos que te habías planteado. ¿Ves por qué era importante hacer unos buenos objetivos?
Si insistimos en algo es porque merece la pena, confía que sabemos de lo que hablamos.
Por último, tendrías que alcanzar conclusiones con tu proyecto de investigación. ¿Fácil, no?
Si tienes alguna duda, estaremos encantados de leerte.
Escribir comentario
Mario (jueves, 15 abril 2021 22:11)
15 Abril de 2021